domingo, 19 de abril de 2015

La instransigencia política en la historia de España


El historiador Santos Julia hace un breve e interesante recorrido histórico en El país del trágala  por la constante española de imponer al oponente político de forma intransigente las propias ideas políticas una vez conseguido el poder. El artículo cobra sentido ahora que parece vislumbrarse un nuevo período histórico en el que será necesaria una nueva cultura del pacto -como en la época de la Transición.

jueves, 9 de abril de 2015

Sobre la novela y la Guerra Civil

El ensayista David Becerra Mayor señala en La Guerra Civil como moda literaria que la novela reciente española no ha podido, no ha querido o no ha sabido reflejar el tema de la guerra civil con rigor y coherencia histórica. Analiza las novelas de Javier Cercas, Almudena Grandes, Muñoz Molina sobre el tema de la Guerra Civil, entre otros, para llegar a la conclusión de que la equidistancia y la ausencia de una verdadera contextualización merman su validez intelectual para conocer y comprender este período de nuestra historia. 

La cambiante interpretación de la figura de Franco


La versión digital del Diccionario biográfico español corregirá el error de la biografía de Francisco Suárez sobre Franco, indicando claramente que fue un dictador. Ver artículos La biografía de Franco... y Fe de errores sobre Franco.
Por otra parte el diario El Mundo publica un artículo sobre las novedades editoriales en relación al franquismo.

domingo, 22 de marzo de 2015

El ministerio del tiempo, para aprender y entretenerse con la historia de España

La serie El ministerio del tiempo ha generado muchísimo interés en las redes sociales como podemos leer en el artículo La ministeria inunda Internet. Esta serie de TVE requiere un cierto conocimiento de la Historia de España, porque a partir de esos conocimientos previos los guionistas nos permiten jugar con posibles vueltas atrás para recrear y cambiar determinados pasajes de nuestro pasado. Seguro que a estas alturas del curso, los alumnos de 2º de bachillarato son capaces de disfrutar con los juegos del tiempo que propone esta serie tan especial.

jueves, 19 de marzo de 2015

domingo, 15 de marzo de 2015

La novela de Manuel Vicent sobre la Transición

El periodista y escritor Manuel Vicent publicó en 2013 El Azar de la mujer rubia, en la que novela con maestría algunos pasajes de la Transición. Reproducimos aquí algunos fragmentos:


"Un ángel del Apocalipsis da una lección política desde la copa de un árbol y anuncia la guerra como el postre del banquete de boda…


Adolfo Suárez había sido extraído de la computadora para hacer un trabajo sucio. Debía limpiar lo más grotesco de la dictadura: descolgar una araña de una fachada de la calle Alcalá, arriar algunos pendones, retirar ciertos escudos, adecentar el vocabulario fascista, reinventar otras palabras y dejar el camino expedito para que entraran después, sin mancharse las manos, los políticos de cuello blando, esos humanistas con garras de acero bajo el guante de cabritilla, los fascistas enmascarados que habían sido invitados a esta boda. Adolfo Suárez comenzó a usar sus artes ladinas de comunicador, el diabólico regate en seco, su perfil irresistible en las vallas, la fórmula secreta para encandilar a los adversarios en los tresillos del salón de Pasos Perdidos del Congreso de los Diputados. Creía en todo y en nada, pero daban muy bien en televisión sus ojeras lívidas, la mirada arañada por la vigilia, esa mezcla de súplica y desafío que exhibía en los grandes momentos, todo lo que le había enseñado aquella rubia desclasada, huidiza, Carmen Díez de Rivera, a la que Suárez buscaba ahora entre los invitados en las bancadas del templo de El Escorial sin saber que ya había muerto de un cáncer y que sus cenizas estaban enterradas bajo un olivo en el huerto del convento de las carmelitas descalzas de Arenas de San Pedro donde se había refugiado de monja al enterarse de que era hija del pecado y el chico con el que se iba a casar tenía su misma sangre.


Incluso los de su misma cuerda lo tomaban por un jeta. Nadie podía sospechar que fuera un político en estado puro, capaz de presidir con la misma soltura una monarquía, una república o un sóviet supremo, llegado el caso, con gorro frigio. Metido en faena, sólo tuvo que levantar el dedo mojado con saliva en medio de la calle para sentir de qué parte venía el viento, dejarse llevar por la deriva y arribar con la democracia hasta la dársena del Congreso, trayendo incluso a Carrillo en cubierta. Carmen le decía: «Algún día la historia te agradecerá este trabajo tan hábil, cuando estos mastuerzos asilvestrados de la derecha desaparezcan. Tengo prometido tomarme un chinchón a solas con Carrillo. Le acabo de saludar en el Ritz de Barcelona. Le caes muy bien. Dice que eres muy simpático y que has puesto todo de tu parte para sacarle del pozo, como si hubieras aprendido de chaval socorrismo en un campamento del Frente de Juventudes y en un momento determinado, arriesgando tu expediente, hubieras bajado con una cuerda de nudos hasta el fondo de la alcantarilla. Pero tu coraje quedará en nada si no lo usas para legalizar al Partido Comunista. Tienes que hablar de esto con el rey. Yo le acabo de presentar a Tierno Galván y a Javier Solana. El rey está encantado. Procura que nadie te dé la vuelta. Tienes que ser tú y no otro el que lo haga. No tengas miedo. Los comunistas no muerden. Carrillo no tiene rabo».


Los democristianos lo consideraban el bello Adolfo, un político mercenario al que había que agradecerle cuanto antes los servicios prestados. Los socialistas sólo querían tratar con gente fina, con ricos de toda la vida. Lo tomaban por un tramposo, por un tahúr del Mississippi. «Entre todos te abrieron la trampilla bajo los pies, pero te vengaste bien —le decía la mujer rubia—. Mientras todos tus enemigos estaban con la tripa en el suelo bajo el escaño, cuando entraron los cuatreros en la cantina del poblado, te portaste como Gary Cooper, solo ante el peligro. Esa imagen del Oeste que exhibes en el vídeo te hará inmortal».